Ponte a Trabajar
Trabajo…trabajo…trabajo.
Cuando estás cansado, trabaja.
Cuando tienes un proyecto grande en mente, trabaja.
Todos sabemos que para conseguir algo en la vida (lo que sea) hay que trabajar y hacer sacrificios. Nada es fácil y toma mucho tiempo, esfuerzo, sudor y lágrimas para alcanzar algo.
A continuación te voy a presentar una simple historia de un hijo y su padre, pero puede que sea una de las historias con una de las mejores lecciones de la vida.
HIJO: “Papá, te puedo hacer una pregunta?”
PADRE: “Claro, dime?”
HIJO: “Papá, cuánto dinero tú haces en una hora?”
PADRE: “Eso no es problema tuyo hijo mío. Por qué preguntas algo así?”
HIJO: “Solo quiero saber. Por favor dime.”
PADRE: “Bueno, yo gano $100 la hora.”
HIJO: “Ohh! Papá, entonces me puedes prestar $50?”
El papá estaba furioso.
PADRE: “Para eso me preguntas y me pides plata prestada? Para gastártela en un simple juguete. No vez que me ha costado mucho esfuerzo y trabajo conseguir el dinero. Pasa para tu cuarto y no salgas.”
El pobre niño regañado subió a su cuarto y cerró la puerta.
El papá se sentó en la mesa y todavía estaba muy furioso, y se preguntaba a él mismo: cómo su hijo podía solo pedir plata para malgastarla.
Después de una hora más o menos, el papá se calmó y entonces se puso a pensar: será que necesita algo con urgencia y por eso me pidió plata prestada? El no hace esto seguidamente. El papá rápidamente fue al cuarto de su hijo y abrió la puerta.
PADRE: “Estás dormido, hijo?”
HIJO: “No, estoy despierto.”
PADRE: “He estado pensando, y creo que fui muy duro contigo. He tenido un mal día de trabajo. Aquí tienes tus 50 dólares”.
El pequeño niño los agarró con una gran sonrisa.
HIJO: “Muchas gracias papá”.
Entonces, el hijo procedió a sacar una cajeta de zapatos que estaba debajo de su cama y saca una bolsita con muchos billetes doblados. El papá vio que el hijo tenía mucho dinero guardado, y se puso furioso nuevamente. El pequeño niño empezó a contar su dinero, y miró a su padre.
PADRE: “Por qué quieres más dinero, si ya tienes mucho ahorrado en tu cajeta”.
HIJO: “Porque no tenía suficiente, pero ahora si lo tengo”.
“Papi, ahora tengo $100 dólares. Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor ven mañana temprano para que puedas jugar conmigo. Me gustaría que me enseñaras a jugar baseball”.
El padre estaba devastado. Prosiguió a darle un gran abrazo a su hijo, y con lágrimas en sus ojos le rogó que lo perdonara.
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Cuál es la enseñanza de esto te preguntarás?
Para ponerlo en otra perspectiva: sacrificarías tiempo con tus hijos, familia e incluso con tu salud? Si me lo preguntarás a mí, mi respuesta sincera y aterradora sería que “Sí”.
Creo que todos nosotros los seres humanos hacemos lo mejor que podemos en cada momento de nuestras vidas.
Pero también entiendo y creo que si quieres lograr algo verdadero en la vida, solo la consistencia y el trabajo duro te llevarán a ello.
Ojo, pero tiene que haber un balance, y no puedes nublarte la vista.
De repente el padre tenía todo lo que quería en su vida, su familia y su hijo, pero no se había dado cuenta.
Recuerda esto: trabaja, cuando es tiempo de trabajar, y no confundas estar ocupado con ser productivo. Entonces, cuando es tiempo de parar, relájate y pasa tiempo de calidad con tu familia y amigos.
Porque, como siempre lo ha sido, el presente es el único momento que realmente tenemos.