Entrenando con Dolor o Lesión

Si has pasado algún tiempo bajo la barra o algunos años dentro del juego del hierro, entonces lo más probable es que tengas una clase de dolor o lesión en tu cuerpo. Esto es algo inevitable que pasa con el tiempo, sobre todo cuando uno se exige para mejorar.

Ya sea que tengas una torcedura por tratar de lograr un record personal o inflamación por entrenar con demasiado volumen, el entrenamiento de resistencia de una forma u otra te va a pasar la factura.

Las lesiones pueden variar desde pequeñas áreas de incomodidad hasta la necesidad de una intervención quirúrgica.

Este artículo se aplicará a la mayoría de las personas que tienen dolor y lesiones cuando están entrenando o sufren de dolor o lesiones durante el día.

Presta atención a esto: el hecho de que puedas estar sufriendo de una lesión no significa que debas dejar de entrenar. Recuerda, estás herido, ¡no muerto! Si aún respiras, todavía hay esperanza.

Hay muchas formas o mecanismos por la cual ocurren las lesiones. Algunas incluyen:

• Mala técnica en la ejecución del ejercicio
• Demasiada carga en la espina dorsal (carga axial)
• Demasiado volumen (total del trabajo de entrenamiento)
• Demasiado peso o carga

Pero aquí está lo interesante del asunto. Cuando estás inflamado, herido o lesionado, no hay excusa para no seguir entrenando. Solo tienes que asegurarte de que tu entrenamiento sea inteligente y que tu ejecución sea perfecta en los movimientos que realizas. Evita todo movimiento que te cause dolor y busca otras opciones, ya sea con barras, ligas, máquinas, ejercicios corporales, estiramientos, pesas rusas o lo que te ayude a seguir entrenando sin dolor.

Las tres áreas más propensas al dolor o lesiones son la espalda baja, hombros y rodillas. Por ejemplo, si tienes problemas con tu espalda baja puedes probar con un “goblet squat” con banco o silla. Simplemente realizas el ejercicio y desciendes hasta quedar sentado en el banco. Utiliza poco peso.

Para los que sufren de dolor en los hombros les aconsejo trabajo unilateral con “kettlebell” o pesa rusa en altas repeticiones. Los kettlebells son de gran ayuda para darle movilidad a la articulación del hombro. Deja por un par de semanas todas las mancuernas y barras y concéntrate en realizar el trabajo descrito arriba, te aseguro que tus hombros te lo agradecerán.

Recuerda que todos estos ejercicios son ejemplos, y dependiendo de tu lesión o dolor los podrás realizar o no. Busca lo que te funcione mejor. Muchas veces hasta parar por un mes completo sin entrenar puede hacer maravillas para darle a tu cuerpo un descanso necesario.

Pon de prioridad entrenar inteligentemente para que puedas curarte de manera efectiva. Si todavía experimentas alguna clase de dolor o molestias después de probar estas variaciones, te aconsejo que busques la ayuda de un profesional de la salud.

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