EL Estrés y el Entrenamiento Muscular
La mejor habilidad en el entrenamiento físico es la disponibilidad de realizar ejercicio en primer lugar. Si deseas entrenar fuerte, también lo debes hacer en una forma que te permita seguir entrenando de una forma saludable a largo plazo.
Todo tipo de ejercicio o entrenamiento causa estrés en el cuerpo humano. En otras palabras, el ejercicio físico es un tipo de estrés directo para el organismo. Este estrés en específico hace que el cuerpo se adapte haciéndolo más fuerte, más explosivo, más grande y más eficiente. Todo esto hace al cuerpo tolerar de una mejor forma esta carga, mientras que reduce significativamente los riesgos de lesión.
Un entrenamiento inteligente e individualizado aplica suficiente estrés en el cuerpo para que pueda adaptarse sin causar un agotamiento excesivo del sistema nervioso central y evitar sobrecargar demasiado los tejidos del cuerpo (articulaciones, tendones, ligamentos, músculos, etc.) hasta el punto en que puedan dañarse.
Cuando hay algún tipo de lesión, la tolerancia hacia el estrés se reduce severamente y es mucho más probable que las cosas empeoren. Dicho esto, hay que entrenar inteligentemente e incrementar la carga y el volumen de los ejercicios de manera cuidadosa alrededor de las áreas lesionadas. Hay que tener mucho cuidado con lo que cause dolor, específicamente con las posiciones, movimientos y ejercicios que fueron parte de una lesión previa.
Esta acumulación de estrés también puede provenir del total de la carga de entrenamiento acumulado, sobre todo si uno goza de una capacidad pobre de recuperación muscular. Esto hace que el cuerpo disminuya su capacidad de reparación de los tejidos, lo que puede llevar a sufrir de una fatiga crónica, aburrimiento, depresión y una reducción en el rendimiento deportivo y energía corporal.
Debes evitar la etapa de agotamiento donde haces demasiado entrenamiento y tu cuerpo no lo puede manejar. Así que planifica tus días de descanso a través de la semana entera, junto con la incorporación de semanas de descarga o bajo volumen o recuperación activa (actividades de menor demanda). De esta forma puedes evitar demasiada carga o estrés acumulativo en tu cuerpo.
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